martes, 12 de mayo de 2009

ESPEJISMO SALVAJE


Redobles de tambores en la lejanía,
majestuosa es tu figura solitaria.
Músculos de ébano en movimiento,
reflejo de un pura sangre me siento.

Incansable, insufrible, indestructible,
jeque en su doma imposible.
Naturaleza virgen inexplorada,
virulenta es tu presencia.

Atravesando el ardiente desierto,
enfrías las almas a tu paso.
Privilegio divino, ser excepcional entre todos,
estelas a tu paso arrastras,
regia reverencia de tus opresores obligas.

Amazona con los pechos descubiertos,
calmas mi ira salvaje, insaciable.
Corazón hervido en furia,
tempestad de un mar en calma,
Neptuno espera tu llamada.


Tornasol de la noche,
sombra efesvercente de quien te hiere,
orgullo de raza suprema,
Judas por ti vela.

En la soledad se oye lo que anhelas,
libertad enjaulada destruyes.
Empujada por el viento vives,
Mithra escudriña tu futuro incierto.

Reflejo de mi alma vacía,
mis ojos dibujan tus movimientos.
Aunque atrapada en el laberinto sin Fauno,
soberana indiscutible me siento.

Galopa a mi vera inquieta,
fúndete en este interminable viaje,
quiebra el viento con tu trote.
Bajo el mismo manto de estrellas,
dueña y bestia, inmortal es su presencia.

lunes, 11 de mayo de 2009

LA ESPERA


Lóbrego rincón de la mente humana
que angustias con tu tétrica presencia.

Almas voladoras escrutando tu hospicio,
recibes, Hades, a tus huéspedes etéreos.

Inexorable desotrozo de corazones,

en ocasiones falsos, otras, oro macizo.

Arrastras tu viperina melodía por mi rostro;

me incitas, me invitas a un viaje sin retorno alguno.

Observas plácida la espera irreversible

mientras la angustia baña mi cuerpo ajado,

inseparable compañera de mi odisea vivida,

por tus entrañas voy caminando.



Oigo tu llamada, mi anhelo te espera.
Bajo el ciprés tardío,

mis ojos tornan a oscuro.

Rea imperturbable en la inmensidad de la noche,

sirena de Ulises, a ti rendida caígo.

Reina de la nada, narcótica es tu presencia.

Vientos certeros empujan mi alma,

en el sendero aguardas para cobrar mi andanza.


Epilepsia en la sala,

canción de cuna desesperada.
Redoblan por ti las campanas,
lloran por ti las ánimas.



Me acaricias con tus manos frías,

sintiendo tu presencia.
Rosa negra del Jardín del Edén,

tus espinas has clavado en mi.


Sangrante herida infinita en el ocaso,

sumergida en tus aguas profundas navego.
Naufragio despiadado,
tesoro hundido.

Temida amiga incansable,
las puertas a ti te abro.


Sueño eterno del ayer,

empújame contra tu pecho.

sábado, 9 de mayo de 2009

CANCIÓN DE UNA SIRENA


Cítara enigmática que tallas mi figura,

adoro tu suave melodía cuando me rozas.

Sinfonía de besos febriles,

adormeces mis sentidos en la noche.

Déjame describirte el silencio insonoro,

báñate en mis húmedos sueños.


Ángel caído que brotas de la penumbra,

música celestial eterna en mis oídos,

susurro inmenso de tus labios,

Bach, te acompaña, armonía etérea suena.


Opiáceo hipnótico,

efecto aturdidor nocturno,

enredadera envolvente,

afrodisíaco divino,

en el éxtasis de tu aliento perezco.


Sueño de una noche de verano inmortal,

recibe Shakespeare unas líneas de pureza.

Bebe de mi fuego candente,

ensueño sibilino seductor,

llévame redentor, al con fin de tu universo.



Apocalipsis efímero en tus músculos abrasadores,

apagas mi bestia salvaje.

Oración ciega en tu templo sagrado,

adoración hermosa, voz de mis entrañas.


Rocío de la mañana gélida,

anuncias tu llegada esperada,

gracia divina,

en mi corazón latente te espero.


Fría tarde de invierno,

puente romano bajo nuestros pies,

pequeño lugar sagrado en el alma,

mi vida en unos segundos congelada.


Exquisito sabor de tus labios,

mirada incandescente,

manos aterciopeladas,

cuerpo perenne sobre el mío candente.


Amor te profeso,

amor te deseo,

amor en mis venas cortantes siento.


Por ti, ahogo mis gritos,

por ti, mi alma enmudece,

En ti, una vida de ensueño rozo.


ESPECTRO


Eras remotas colgando de finas manos blancas,

verticalidad inmensa indescriptible.

Reflejos cristalinos en el borde pétreo,

Oraciones de almas errantes en el corazón sagrado.


Torrentes de sangre derramadas por el orgullo,

Fiel relicario napoleónico.

Galanes y lujuriosos molinos entre volantes y carmines,

tallan la ilusión del éxtasis carnal.


Paseo nocturno gélido, miradas doradas en tus labios;

creencias del amor eterno bajo la seda de tus sábanas.

Quiero ser prisionera de tus días.

Dibujamos París con líneas difuminadas de magia,

al son del sutil arquitecto bohemio.


Despliégate ante mí, todopoderosa, empequeñéceme.

Deslúmbrame con tu arte marmóreo dorado;

terciopelo de noche, música celestial para mis oídos sordos.

Oh! Belleza infinita, plásmate en mi lienzo mental.


Demasiado lo ganado por lo perdido,

guillotina poseedora de cabellos reales.

Todavía la veo a ella, entre rosas y gardenias,

entre caprichos y placeres.

Excentricidad en un mundo infantil,

confecciona María Antonieta su brocado tapiz.


El placer de lo opulento, en el mundo cruento;

el rey sol, creador del día y el cielo,

paseo atormentado de aquellos seres privilegiados,

desdicha turbulenta entre oros y rubíes.


Mécete conmigo, sumérgete en mi interior,

Cobíjame en tu escultural grandeza, desnúdate ante mí.

Conviérteme en esclava de tus estranguladas calles,

Impregna mi galería con tu arte magistral.


Corazón tallado de piedra, ciudad tallada en sal.